-No des a la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza.
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya entrado en ella por la fuerza.
-Cierto.
-No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo, para instruir a los niños; que se eduquen jugando, y así podrás también conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos.
(Platón)

domingo, 14 de noviembre de 2010

Qué (no) es lo justo (reedición)

La voz popular suele decir que la justicia consiste en dar a cada uno lo suyo.
Pero esto es muy ambiguo, puede entenderse de varias maneras, según se entienda el “cada uno” y “lo suyo”:


- Dar a cada uno lo que tiene, o sea, protegerlo y devolverle lo que le sea quitado. Pero, ¿por qué es de cada uno lo que ya tiene? ¿Cómo lo consiguió? ¿Por qué debe seguir teniéndolo? Y ¿qué es lo que hay que devolver, cuando se recibe un mal? ¿Hay que dar mal por mal, o bien por mal?

- Dar a cada uno lo que se merece. Pero ¿qué merece cada uno?

- Dar a cada uno lo que le conviene o lo que necesita (y exigirle lo que pueda dar). Pero ¿qué necesita cada uno? ¿Lo que él cree que necesita? Y ¿por qué otros tienen que dar a uno lo que uno no es capaz de conseguir?

Hay algunas teorías que dicen de forma algo más precisa qué es lo justo:

A) La Justicia es la Fuerza.


Por naturaleza todo ser intenta conseguir el máximo poder sobre el medio para realizar sus propios deseos.

Lo justo es que el león más fuerte domine toda la manada y cubra a todas las hembras, que mate a la gacela, etc. Gracias a este sistema la naturaleza se va haciendo más selectiva y sobreviven los mejores.
Igualmente, entre los humanos es siempre la fuerza la que decide lo que debe considerarse justo. Los que dominan en cada momento imponen a los demás sus creencias y las leyes.
Es justo que EEUU tenga armas nucleares y no las tenga Irán sólo porque EEUU tiene la fuerza para decidirlo así. Es justo que unos ciudadanos tengan muchos más bienes que otros porque tienen más fuerza para conseguirlos y defenderlos. Y así con todo.

En fin, LO JUSTO ES LO QUE DECIDE EL MÁS FUERTE.

B) La justicia es un pacto.

Por naturaleza todos creemos que ES PEOR SUFRIR UN MAL QUE COMETERLO. Pero como nadie tiene la fuerza suficiente para prevalecer sobre todos los demás, sino que está obligado, por naturaleza, a convivir y hasta a colaborar, si quiere sobrevivir y vivir mejor; y como, además, los beneficios que se sacarían de una sociedad sin leyes serían para todos inferiores a los perjuicios que se derivarían de dicha situación, todos creemos que es mejor respetar unas leyes, o sea, perder cierta libertad y sacrificar ciertos deseos, a cambio de seguridad y colaboración para conseguir otros mayores. Pero la justicia no es un fin en sí, sino un medio para nuestros deseos.

Platón rechaza ambas teorías, la de la fuerza y la del contrato. ¿Por qué? ¿Cuál es su propuesta?
Para pensar en ello, además de recordar cuál es su teoría de lo que es un hombre, intentemos contestar a estas preguntas:

Supongamos que alguien tuviese un arma que le hiciese invulnerable y superpoderoso. ¿Respetaría este individuo las leyes? ¿Por qué?

¿Qué te parece peor, torturar tú a alguien o que alguien te torture?

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